Es común encontrar gran caos en algunas Empresas de Familia y este normalmente se origina por la forma como se trabaja:
A veces no hay un Gerente definido o los socios ejercen todos como Gerente y actúan como dueños. Cada miembro de la familia, sin importar su cargo, se cree su propio jefe, con sus propias funciones y atribuciones, sin entender que hace parte de un sistema, dando unos órdenes y otros contraórdenes, desautorizándose mutuamente frente a los empleados y aumentando el caos y la incertidumbre.
El caos también se presenta cuando la información para la toma de decisiones se hace a partir de percepciones, sin hacer uso de indicadores objetivos y reales; o cuando no hay espacios para trabajar sincronizada y articuladamente.
Finalmente, también hay caos cuando no hay funciones definidas, generando zonas grises donde todos somos responsables y en consecuencia nadie responde por nada, o todos hacen al mismo tiempo una tarea, pero sin coordinación o comunicación y entonces llegan los choques y las peleas.
Todas esas situaciones son una muestra de caos y ese caos es el que genera los conflictos.
El caos, los conflictos y la desinformación son el resultado de informalidad en la gestión empresarial. Detectarlos y hacer los correctivos permite a las empresas transformar sus prácticas y trabajar por la Sostenibilidad y Continuidad.